Ante el resultado, el estudio arrojó el gobierno que se transforma «en el peor evaluado desde el retorno de la democracia».
SANTIAGO.- Durante la mañana del viernes se dio a conocer los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) que se realizó entre los meses de julio y agosto, el cual no dejó contento a nadie en La Moneda a casi un año y medio de que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet concluya.
Solo un 15% de aprobación obtuvo la mandataria, nueve puntos porcentuales menos que en el sondeo anterior, mientras que el rechazo subió ocho puntos al presentarse con un 66%, siendo, según la misma entidad, su peor registro entre sus dos mandatos y, además, «el peor gobierno evaluado desde el retorno a la democracia».
Un 3% de los encuestados cree que la gestión de la Mandataria ha ido en mejora; un 34% cree que está igual y un 59% piensa que va en declive.
Ante esto, la nota promedio con la que se calificó al ejecutivo fue de un 3,3, donde la única área que se salva de la evaluación roja es Salud.
Carrera presidencial
El estudio de este mes era importante también porque se podría percibir cómo están los políticos más reconocidos de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, tomando en cuenta que muchos de ellos serán el rostro oficial de campañas para las municipales que se realizarán en octubre.

Con un 44% de evaluación positiva, es el senador independiente Alejandro Guillier el más apoyado, seguido por Sebastián Piñera (37%), Gabriel Boric (37%), Giorgio Jackson (36%), Ricardo Lagos (35%) e Isabel Allende (35%). El peor evaluado fue el diputado socialista Osvaldo Andrade con un 11% de buenas menciones. Porcentaje marcado por el caso donde su ex esposa Myriam Olate recibía una pensión por sobre los 5 millones de pesos en gendarmería, situación que puso la mira política en la institución.
Aunque, considerando la baja general de los políticos, el que más sufrió una caída fue Marco Enríquez-Ominami, que con 25% de evaluación positiva refleja el momento que vive gracias a las controversias de financiamiento político y el uso del jet privado de la empresa brasileña OAS, algo que podría condicionar sus aspiraciones presidenciales.