Bruselas tiene la intención de acelerar la inversión en inteligencia artificial en Europa, pero no a cualquier precio. La UE no quiere perder más terreno en relación con Estados Unidos y China y movilizará al menos 20.000 millones de euros durante la próxima década con el objetivo de intensificar la digitalización de la industria, la energía o la salud. Sin embargo, la Comisión Europea impondrá límites estrictos a aplicaciones como el reconocimiento facial. La vicepresidenta ejecutiva del Ejecutivo Comunitario, Margrethe Vestager, advirtió que esta tecnología estará «en principio prohibida» y solo cederá en casos «extremos», considerando que los riesgos que conlleva son «inaceptables».
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La Comisión Europea lanzó el miércoles un paquete sobre inteligencia artificial, después de un intenso debate iniciado hace tres años. “No estamos regulando la tecnología, sino su uso. Y lo hacemos buscando un enfoque equilibrado entre la confianza, la excelencia y los valores europeos ”, explica un alto funcionario de la comunidad. Bruselas, que va a destinar el 20% de los fondos de recuperación para la transición tecnológica, quiere atar el uso de tecnología que puede permitir un gran salto, por ejemplo, en el diagnóstico de enfermedades, pero cuyo uso también puede amenazar enfermedades. los ciudadanos.
Destacan las aplicaciones de reconocimiento facial remoto, que generaron mucha polémica por su uso por parte de las autoridades en las movilizaciones de Hong Kong. La Comisión, que inicialmente se mostró muy reacia a utilizarlo, quiso estudiar detenidamente si podía hacer algún tipo de excepción. Decidió que sí, pero serán casos «extremos», en palabras de Vestager. Es decir, solo se puede utilizar con autorización judicial previa y en casos muy concretos: búsquedas de víctimas o autores de delitos, menores desaparecidos o si hay atentados terroristas. Son advertencias. La regla general es, en todo caso, su prohibición.
Además de esta aplicación, el Ejecutivo Comunitario apostó por un reglamento que consiste en clasificar los riesgos de la inteligencia artificial en cuatro categorías: inaceptable, alto, limitado y mínimo. Entre los considerados intolerables por Bruselas se encuentran todos aquellos que pueden implicar una vulneración de derechos fundamentales, entre los que se encuentra la tentación de los países de crear una especie de “puntaje social” construido sobre su historial de deudas, condenas o multas. Esta práctica, así como otras que se consideran inaceptables, serán prohibidas en la UE.
En el caso de empresas que desarrollen tecnologías que pongan en riesgo derechos fundamentales, la Comisión solicitará la máxima transparencia, documentación técnica y garantías en ciberseguridad, entre otras. Los criterios serán más relajados cuando el riesgo sea limitado, por ejemplo, el uso de chatbots– aunque no existen restricciones a las actividades que Bruselas cree que no amenazan los derechos de sus ciudadanos. Fuentes comunitarias explican que el reglamento se basó en la necesidad de evitar la fragmentación del mercado único, por lo que se centró en el uso civil de estas tecnologías y omitió las aplicaciones militares.
Coordinación entre países
Como en todas las ocasiones en que Bruselas despliega su fuerza reguladora, la gran tecnología ha intensificado su presión sobre el Ejecutivo comunitario en las últimas semanas, temiendo que sofoque la innovación. Bruselas cree, sin embargo, que la amenaza sería la contraria si no actuaba: debido a los riesgos que conlleva esta tecnología, algunos socios habrían decidido prohibirla de una vez. «Seremos el primer continente en dar algunas pautas, por lo que estamos diciendo que si alguien quiere desarrollar esta tecnología, venga a Europa», dijo el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
Bruselas creará un Consejo Europeo de Inteligencia Artificial que deberá supervisar todas estas actividades. No obstante, las autoridades nacionales deben controlar el cumplimiento de las reglamentaciones. En caso de incumplimiento de estas normas, las empresas pueden ser sancionadas con una multa de hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación mundial de la empresa. Pero allí también Bruselas planea una graduación. La propuesta ahora debe ser adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, el organismo en el que están representados los 27 miembros del club comunitario.
El paquete aprobado por la Comisión también incluye un plan coordinado de inteligencia artificial para los veintisiete. De hecho, 19 países (incluida España) ya han aprobado sus planes nacionales, por lo que la Comisión tiene la intención de canalizar recursos hacia siete áreas principales. Dos de ellos responden a las principales prioridades del momento: el Pacto Verde y la lucha contra la pandemia. Bruselas trazó un mapa de otras cinco actividades principales: sector público, robótica, movilidad, agricultura y asuntos de interior. El Ejecutivo comunitario prevé dos canales de financiación: el plan de recuperación, con 134.000 millones dedicados al sector digital, y el programa Horizonte Europa, con el que pretende movilizar hasta 20.000 millones de euros.