Parece muy posible que todo lo que pasó en Cuba último domingo 11 de julio fueron alentados por un mayor o menor número de personas que se oponen al sistema, Pagado incluso algunos de ellos, con la intención de desestabilizar el país y provocar una situación de caos e inseguridad. También es cierto que posteriormente, como suele ocurrir en estos hechos, se produjeron actos oportunistas y lamentables de vandalismo.
Pero no creo que ninguno ninguna otra evidencia quita un ápice de razón Por el llanto que escuchamosUn llanto que también es el resultado de desesperación de una sociedad que atraviesa no solo una larga crisis económica y una crisis de salud puntual, sino también una crisis de confianza y una pérdida de expectativas.
A esta desesperada solicitud de las autoridades cubanas no deben responder con las consignas habituales., repetido durante años, y con las respuestas que estas autoridades quieren escuchar.
Me niego a creer que en mi país pueda haber tanta gente nacida y educada entre nosotros que se vende o comete delitos. Porque si ese fuera el caso, sería el resultado de la sociedad que los fomentó.
Leonardo Padura
Ni siquiera con explicaciones, por convincentes y necesarias que sean. Lo que se impone es el soluciones que muchos ciudadanos esperan o exigen, algunos manifestando en la calle, otros dando su opinión en las redes sociales y expresando su decepción o disconformidad, muchos contando los pesos escasos y devaluados que tienen en sus bolsillos empobrecidos y muchas, muchas más, colas en silencio resignadas por varias horas bajo el sol o la lluvia, incluso una pandemia, colas en los mercados para comprar comida, colas en las farmacias para comprar medicinas, colas para llegar a nuestro pan .todos los días y para todo lo imaginable y necesario.
Creo que nadie con el más mínimo sentido de pertenencia, con un sentido de soberanía, con una responsabilidad cívica puede querer (o incluso creer) que la solución a estos problemas venga de cualquier tipo de intervención extranjeramucho menos de carácter militar, como algunos han venido a pedir, y que, también es cierto, representa un amenaza que sigue siendo un escenario posible.
También creo que cualquier cubano dentro o fuera de la isla sabe que el cuadra El embargo comercial y financiero de Estados Unidos, como quieras llamarlo, es real y se ha internacionalizado e intensificado en los últimos años y es una carga muy pesada para la economía cubana (como lo sería para cualquier otra economía).
Trabajando. Leonardo Padura fue jurado del Premio Clarín Novela. Aquí, Juan José Millás y Sylvia Iparraguirre en el diario, en 2016. Foto.Rubén Digilio
Que vive fuera de la isla y ahora quiere ayuda a tus familiares En medio de una situación crítica, pudieron verificar si existe el bloqueo y cuánto hay al verlo en la práctica. incapaz de enviar un envío a los que están cerca, solo por mencionar una situación que afecta a muchos. Es una vieja política que, por cierto (a veces, algunos olvidan) prácticamente todos condenados durante muchos años en sucesivas asambleas de Naciones Unidas.
Y no creo que nadie pueda negar que un campaña de medios en la que, incluso de las formas más groseras, se ha divulgado información falsa que, al principio y al final, sólo sirve para restar credibilidad a sus administradores.
Pero creo, junto con todo lo anterior, que Los cubanos necesitan recuperar la esperanza y tenga una posible imagen de su futuro. Si se pierde la esperanza, se pierde el sentido de cualquier proyecto social humanista. Y la esperanza no se recupera con la fuerza. Se rescata y se alimenta con estas soluciones y con los cambios y diálogos sociales, que, por no llegar, han provocado, entre muchos otros efectos devastadores, el ansiedades migratorias de tantos cubanos y ahora provocaron el grito de desesperación de gente entre la que ciertamente hubo gente pagada y delincuentes oportunistas, aunque me niego a creer que en mi país, a estas alturas, pueda haber tanta gente, tanta gente nacida y educada entre nosotros que se vende o comete delitos. porque si es así, sería el resultado de la sociedad que los fomentó.
advertencia de la calle
La forma espontánea, sin estar atada a ningún liderazgo, sin recibir nada a cambio ni robar nada en el camino, con la que un número notable de personas también se han manifestado en las calles y en las redes, debe ser un anuncio y creo que es un ejemplo alarmante de las distancias que se han abierto entre las esferas políticas dominantes y la calle (y hasta los líderes cubanos lo han reconocido).
Y esa es la única forma de explicar que sucedió lo que pasó, más en un país donde casi todo se sabe cuando tu quieres saber, como todos sabemos también.
Para convencer y calmar a los desesperados, el método no puede ser la solución para fuerza y oscuridad, Qué aplicar apagón digital esto cortó las comunicaciones de muchos durante días, pero no detuvo las conexiones de aquellos que quieren decir algo, a favor o en contra. Mucho menos se puede utilizar como argumento convincente. la respuesta violenta, especialmente contra los no violentos. Y ya se sabe que la violencia no puede ser solo física.
Si se pierde la esperanza, se pierde el sentido de cualquier proyecto social humanista. Y la esperanza no se recupera por la fuerza.
Leonardo Padura
Muchas cosas parecen estar en juego hoy. Quizás incluso si la calma regresa después de la tormenta. Es posible que los extremistas y fundamentalistas no puedan imponer sus soluciones extremistas y fundamentalistas, y un peligroso estado de odio que ha crecido en los últimos años no echa raíces.
Pero, en todo caso, es necesario que lleguen las soluciones, unas respuestas que no solo deben ser de carácter material, sino también de carácter político y, por tanto, de carácter político. Cuba inclusiva y más capacitada para atender las razones de este grito de desesperación y la pérdida de la esperanza de que, en silencio pero con fuerza, desde antes del 11 de julio, muchos de nuestros compatriotas lanzaban esos lamentos que no se escuchaban y de cuyas lluvias salían estos lodos.
como cubano quien vive en cuba y trabaja y cree en Cuba, asumo que es mi derecho pensar y expresar mi opinión sobre el país donde vivo, trabajo y donde creo. Sé que en momentos como este y cuando se trata de opinar, suele pasar que «siempre eres reaccionario para alguien y rojo para alguien», como decía Claudio Sánchez Albornoz. también Yo corro este riesgo, como un hombre que pretende ser libre, que espera ser cada vez más libre.
La Joven Cuba y Clarin