Las lenguas de magma que se derramaron desde la erupción de Cabeza de Vaca, en La Palma, hasta la costa a través del valle de Aridane, ya se han tragado 100 casas y han obligado a evacuar a 5.500 personas. El avance de la cabecera del arroyo se ralentiza a medida que se enfría y llega a la llanura, reduciendo su velocidad a unos 300 metros por hora, de los 700 que se calcularon cerca del cono eruptivo. En total, tardará un día y medio en llegar a la costa desde el momento de la erupción.
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