Parecía una multitud tan aterradora como imposible de descifrar. Las imágenes borrosas, oscuras y lejanas con las que las cámaras de la calle registraron el salvaje linchamiento que se cobró la vida de Samuel Luiz el 3 de julio en A Coruña se convirtieron en un obstáculo para el esclarecimiento del crimen. Sin embargo, con la ayuda de la tecnología, estas sombras se han disipado.
El procesamiento realizado por una empresa coreana de inteligencia artificial dio nitidez e incluso color a las grabaciones, además de magnificarlas. Los agentes lograron identificar a cada uno de los implicados en su vestimenta y distinguir claramente sus movimientos, explican fuentes de la investigación. Según informes policiales recientemente incorporados al resumen, las imágenes desmantelan la versión de Kaio ASC, el único de los siete detenidos que accedió a declarar y que afirmó no haber tocado a la víctima. Y también niegan a Alejandro MR, el último detenido.
Las grabaciones permitieron identificar a las 10 personas que persiguieron a Luiz esa noche frente al pub El Andén durante seis minutos y más de 150 metros. Los investigadores, sin embargo, concluyen que fueron los seis acusados de asesinato o asesinato (la única mujer detenida sólo es acusada de encubrimiento) quienes estuvieron involucrados en la golpiza. Sospechan que los otros cuatro, que se acercan cada vez más y se alejan de la refriega, han rodeado a los posibles asesinos sólo con la morbosa intención de presenciar el ataque. De los siete presos, cinco son adultos y cuatro de ellos están tras las rejas. Los dos menores se encuentran recluidos en un centro de detención y uno de ellos es el único con registro.
Además de confirmar que Diego MM y Alejandro FG comandaron la golpiza fatal, reportes policiales señalan que en las imágenes se puede ver cómo Kaio ASC patea a Luiz, confirman varias fuentes familiarizadas con las investigaciones. La grabación desmonta así, según la Policía, la versión aportada por este imputado del crimen. Aseguró al juez que inició la investigación (el caso se encuentra actualmente en manos de otro juez) que no tocó a la víctima y que solo se le acercó puntualmente para tratar de evitar la golpiza.
El procesamiento de imágenes también resultó en el último arresto. Alejandro MR, de 25 años y sin antecedentes, fue detenido a fines de septiembre, casi tres meses después que los demás involucrados, pero la policía lo vigilaba desde julio. Los agentes sospecharon que él también formaba parte del grupo atacante, aunque solo confirmaron, por el testimonio que brindó como testigo, que estuvo presente en las reuniones que sostuvieron sus amigos esa noche, luego de dejar al joven herido de muerte. Las grabaciones confirmaron que participó en la golpiza y ahora el juez lo acusa de asesinato. Queda por comprobar su ADN con las muestras recogidas de los pantalones de Luiz y que aún se están analizando.
El arduo trabajo que iluminó el crimen de Luiz es obra de la empresa Coruña Cinfo, que desinteresadamente ayudó a la policía. Esta empresa de inteligencia artificial utilizó un software para limpiar y ampliar las imágenes de 5 a 10 veces, así como reconstruir marcos y mejorar la iluminación, explica su director general, Antonio Rodríguez del Corral. Todo esto “sin tocar el video original”, un requisito importante cuando se trata de una investigación judicial. Dos empleados de la empresa trabajaron en secreto durante casi un mes para «dar a la policía la mejor imagen posible», añade.
La nitidez impresa en las grabaciones de las cámaras callejeras atestigua el arriesgado papel que jugaron Ibrahima y Magatte, los dos senegaleses que intentaron salvar a Luiz exponiendo sus propias vidas. Se agradecen las patadas y puñetazos que soportó Ibrahima sobre todo cuando interpuso su cuerpo para proteger a Luiz. Los investigadores creen que servirán para fundamentar el cargo de intento de asesinato contra los internos.
Ibrahima y Magatte fueron las únicas dos personas, de las muchas que estaban presentes en la zona, que salieron en defensa de los jóvenes. Después de la tragedia, su vida cambió mucho. El gobierno les permitió regularizar su situación en España y un empresario consternado por el hecho los contrató en una fábrica de puertas. El pleno municipal de A Coruña ya ha aprobado por unanimidad el nombramiento de los hijos adoptivos de la ciudad.
La policía casi cierra sus investigaciones
Las partes aún no han tenido acceso al nuevo video en el que se basan los últimos boletines policiales presentados al tribunal, el cual ha generado denuncias por parte de la defensa de algunos de los imputados. La policía, por su parte, prácticamente cerró sus indagatorias. El último margen depende de la justicia estadounidense, donde se decide la comisión rogatoria enviada por el juzgado de instrucción número 8 de A Coruña para que Facebook pueda dar acceso a los mensajes de WhatsApp e Instagram que han borrado los atacantes.
Los investigadores están convencidos de que destruyeron comunicaciones incriminatorias y que lo hicieron en la reunión que mantuvieron horas después del crimen, cuando se enteraron de que Luiz había fallecido en el hospital por las terribles heridas que le ocasionaron sus golpizas. Fuentes cercanas al caso advierten, sin embargo, que esta información, a la que aún no se ha accedido, “solo puede incrementar la carga de la prueba”, ya que a estas alturas los cargos contra los siete imputados ya están bien empatados. El teléfono celular del séptimo detenido también fue incautado y su contenido está pendiente de análisis.

La atribución o no al acusado de odio agravado de la homofobia se aclarará durante el proceso judicial. Por el momento, el Ministerio Público asegura que Diego MM, el imputado que primero agredió al joven, llamándolo «maricón», «actuó sabiendo sobre la condición homosexual de Luiz», según fuentes cercanas al proceso. Su abogado, Luis Salgado Carbajales, discrepa: “Es insostenible, desde el punto de vista jurídico y fáctico, afirmar que estos hechos tienen alguna causa o relación con la homofobia”, defiende el abogado. El resumen incluye el testimonio de un testigo que asegura que Diego MM repitió los insultos homofóbicos tras la golpiza, refiriéndose a la víctima como «coño de mierda» y «coño de mierda». Salgado dice que no solo será necesario mostrar si su cliente realmente dijo estas palabras, sino también en qué contexto y “si tuvo alguna consecuencia en su desempeño”.
El crimen de Luiz generó una ola de protestas y solidaridad con el colectivo LGTBI. Los investigadores quedaron impresionados por el hecho de que los atacantes golpearon a una persona que no conocían y que no pudo resistir hasta matarla. El responsable de las investigaciones, Pedro Agudo, comisionado de vasta experiencia, confesó que nunca se había enfrentado a un asesinato con tanta violencia perpetrado por ciudadanos sin pasado criminal. “El hecho de que personas sin antecedentes sean capaces de cometer una agresión que acaba transformándose en la eliminación de un ser humano”, subrayó el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de La Coruña, “marca un antes y un después” .