Desde 2016, un grupo de instituciones e investigadores internacionales analizan cada año el impacto del cambio climático en la salud global. Miden a través de 44 indicadores. Todo el mundo está empeorando, concluye la última edición de este estudio.La cuenta regresiva de Lancet– que se emite este jueves. Entre los peligros detectados se encuentra el aumento de la incidencia de determinadas enfermedades infecciosas históricamente ligadas a los climas tropicales. “Aunque el desarrollo socioeconómico, las intervenciones de salud pública y los avances en la medicina han reducido la carga global de transmisión de enfermedades infecciosas, el cambio climático podría socavar los esfuerzos de erradicación”, advierten los científicos.
El estudio señala que «la posibilidad de brotes de dengue, chikungunya y zika está aumentando en países con un índice de desarrollo humano muy alto, incluidos los países europeos». «El potencial de infecciones por malaria está aumentando en las áreas montañosas más frías en países con un índice de desarrollo humano bajo», dicen los expertos. Además, «las costas del norte de Europa y Estados Unidos son cada vez más propensas a la generación de bacterias que causan gastroenteritis, infecciones graves de heridas y sepsis». Y, en países con recursos limitados, el cambio climático «pone en riesgo décadas de progreso en el control o la eliminación de estas enfermedades».
En definitiva, «nadie está a salvo», dice Marina Romanello, investigadora que coordina el estudio. “Afecta a personas de todo el mundo”, añade el especialista en ciencias biomédicas. Al Dr. Anthony Costello, Director Ejecutivo de La cuenta regresiva de Lancet, este informe asume «un código rojo» sobre la salud planetaria futura.
El estudio llega menos de dos semanas antes del inicio de la cumbre climática de Glasgow (denominada COP26), que se celebrará en la ciudad escocesa durante las dos primeras semanas de noviembre. Coincidiendo con su publicación, el British Medical Journal La lanceta ha publicado un editorial en el que llama a la COP26 «la última y mejor oportunidad para restaurar el camino hacia el logro de cero emisiones netas de dióxido de carbono en todo el mundo para 2050». “El interés público por el cambio climático es mayor que nunca, en parte debido a la participación y el activismo de los jóvenes de todo el mundo”, agrega este editorial. “Esta debe ser la COP de la salud, tenemos que hablar de cómo el cambio climático ya está afectando nuestra salud”, agrega María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las instituciones que participó de el estudio. .
El informe publicado el jueves también advierte que el aumento de las temperaturas promedio y los cambios en los patrones de lluvia debido a la crisis climática están «comenzando a revertir años de avances en la lucha contra la inseguridad alimentaria». Por ejemplo, la sequía y las altas temperaturas están afectando el potencial de rendimiento de los principales cultivos básicos del mundo. Este rendimiento potencial se redujo en 2020 un 6% para el maíz y un 1,8% para el arroz, en comparación con la media del período comprendido entre 1981 y 2010. Si se mira al mar, la situación también puede complicarse. Porque el aumento ya detectado de la temperatura media de la superficie del mar representa una amenaza creciente para la «seguridad alimentaria marina». “En todo el mundo, 3.300 millones de personas dependen de los productos del mar”, recuerda el informe. Por tanto, los investigadores apuntan a un «riesgo creciente de inseguridad alimentaria».
«El cambio climático amenaza con revertir años de progreso en la salud pública y el desarrollo sostenible», señala el estudio, que se centra en «riesgos competitivos e interconectados». Es decir, la coincidencia de fenómenos meteorológicos extremos, transmisión de enfermedades infecciosas e inseguridad alimentaria y falta de acceso a agua potable. Esta situación afecta principalmente a las zonas más vulnerables, señala el estudio.
Pero, como señala Romanello, “nadie está a salvo” y los riesgos para la salud de la crisis climática no se concentran solo en los países menos desarrollados. Por ejemplo, el análisis señala que en todo el planeta hay «569,6 millones de personas que viven hoy a menos de cinco metros sobre el nivel del mar», lo que significa que pueden ser víctimas de «inundaciones más grandes, tormentas más intensas y salinización del suelo y el agua». debido al calentamiento global. “Muchas de estas personas pueden verse obligadas a abandonar estas zonas de forma permanente y migrar al interior”, añade el estudio.
La sexta edición de La cuenta regresiva de Lancet Llega en un momento en el que los países buscan una salida a la crisis generada por la pandemia. «Muchos de los planes de recuperación actuales de covid-19 no son compatibles con el Acuerdo de París y, por lo tanto, a largo plazo, la salud se verá afectada», recuerdan los autores de esta investigación. El estudio se centra, por ejemplo, en los combustibles fósiles, que siguen siendo subvencionados a pesar de los efectos negativos que tienen sobre la salud y el clima.
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